SERRANO
La estirpe de la Casa Serrano.
Su origen, historia y hechos:
Que el origen de este linaje es castellano, parece fuera de toda duda,
de las montañas de Burgos y extendido después por toda la Península.
Si nos atenemos a la información consignada en el "Nobiliario Español",
de don José de Atienza, el linaje Serrano desciende de un caballero de
la antigua Roma llamado Aulo Atilio Serrano, Pretor que fue de la España
Ulterior allá por el año 190, antes de J.C.
Padre del personaje anteriormente citado parece ser que fue, y se indica
con las debidas reservas porque la época es un tanto confusa en lo que
se refiere al apellido que se estudia, Aulo Atilio; como inciso
consignaremos que la palabra "aulo" viene del latín "aula" cuyo
significado se traduce por "corte", de modo que el citado Aulo debería
su nombre a ser precisamente eso, un cortesano, o persona cercana al
emperador.
Este Aulo Atilio fue un político y general romano, cónsul dos
veces y gobernador de la isla de Sicilia, cargo que le ascendió al de
"dictador".
Que fue un notable personaje lo revela el hecho de que
Cicerón lo nombra como uno de los hombres más célebres de su época.
El hijo, también llamado Aulo Atilio, al que ya se le añade el Serrano
(ignoramos por qué motivo) fue aquél a quien se le adjudica el mérito de
ser el progenitor del apellido Serrano.
Tal cosa debió suceder durante
su estancia en la Hispania romana, cuando ocupó el cargo de Pretor.
Teniendo en cuenta los anteriores datos es evidente que el apellido
Serrano es antiquísimo pues data nada menos de casi doscientos años
antes de la Era Cristiana.
Siguiendo la información de Atienza, se nos
dice que Serrano tiene por tronco a cierto caballero llamado Martín
González Serrano, que crió en su casa al Conde Soberano de Castilla
Fernán González.
Hemos querido contrastar esta información, pero en todos los documentos
examinados se ha encontrado idéntico resultado: Ni siquiera se sabe con
exactitud la fecha de su nacimiento, pero sí la de su muerte ocurrida en
el año 970, en la ciudad de Burgos.
Que tanto su ascendencia como su
mocedad son prácticamente desconocidas.
Que existe una genealogía
comúnmente admitida (Fuero de Brañosera) que lo hace hijo de Gonzalo
Fernández, conde de Burgos.
Pero resulta que la tradición medieval (de
la Najarense al Toledano) afirma que su padre era Gonzalo Núñez, hijo de
Nuño Núñez y su madre la gran condesa Muniadoña, hija de Nuño Fernández
y, al parecer, viuda de García I de León, y que debió contraer segundas
nupcias con Gonzalo Fernández, allá por el año 915.
Por todo lo
anterior, se calcula que Fernán González debió nacer hacia el 916, en el alfoz o distrito de Lara.
El "Poema del Conde Fernán González", obra
anónima compuesta a mediados del siglo XIII, tampoco nos aclara el dato
que deseábamos conocer, esto es: ¿por qué fue criado por el noble
castellano Martín González Serrano de quien, dicho sea de paso, tampoco
hemos encontrado antecedentes?
El Poema habla de los hechos épicos del
Conde, de su carácter generoso, prudente y noble, de las batallas en las
que intervino, de su prisión en Pamplona, etc., pero en lo que se
refiere a su nacimiento y niñez, todo es confuso y oscuro.
Aunque se nos ocurren varias preguntas directamente relacionadas con el
tema como, por ejemplo: si el conde Fernán González tenía padre y madre,
como todo ser humano, y ese padre era personaje de alto abolengo, al
igual que su progenitora, ¿A qué se debió que se criara en la casa de un
extraño, un hombre que ni siquiera era pariente suyo, el caballero
Martín González Serrano?
No obstante todo lo anterior, dado el respeto que nos merece la
rigurosidad con que don José de Atienza efectuó sus trabajos de
investigación, entenderemos que él encontró lo que nosotros no hemos
conseguido localizar y, por tanto, la versión que da sobre este punto
del apellido Serrano es absolutamente correcta.
Citaremos la fuente
precisamente por eso, porque en lo que se refiere a nosotros, no hemos
conseguido dar con el dato que él consigna.
El "Nobiliario Español" menciona a un coronel, don Pedro Serrano López,
natural de Pliego (Murcia), que fundó nueva casa en Córdoba (Argentina),
a principios del siglo XIX.
Se citan también aquellas personas que probaron su nobleza para ingresar
en las distintas órdenes Militares: Don Miguel Serrano Benavides y
Pacheco, natural de Úbeda, en el año 1.625; don Francisco Serrano
Rosales y González-Dávila, natural de Méjico en el año 1.635; don
Francisco Serrano de Tapia y Alvarez de Ledesma, natural de Segovia, en
1.642; don Gaspar Serrano de San Juan y de Orbaneia Montero, natural de
Navas, en 1.667; don Pedro Serrano y Lope, natural de Villarroya, en
1.701 y don José Serrano de Algora, natural de Madrid, en 1.744.
Los títulos que el apellido Serrano aporta son los siguientes:
En 1.862, la reina, doña Isabel II, concedió la Grandeza de España de Primera
Clase con la denominación de Duque de la Torre, al general don Francisco
Serrano y Domínguez Cuenca y Guevara-Vasconcelos.
Este personaje histórico bien merece una biografía, aunque sea breve.
Fue un militar que, por su apoyo al general Espartero, muy pronto ascendió a Mariscal
de Campo.
Más tarde, se enemistó con el regente Espartero y se unió a la
sublevación que lo derrocó.
Ministro de la Guerra, cargo del que dimitió
al pretender destituir al general Zurbano.
Ascendido a Teniente General,
fue ministro en el gabinete del político Olózaga.
Su notorio poder sobre
la joven soberana Isabel II (era conocido con el sobrenombre del
"general bonito") movió al jefe del Gobierno, por entonces el general
Narváez, a designarlo Capitán General de Granada para alejarlo así de
Madrid.
Dimitió, y junto con O'Donell, participó en el pronunciamiento
militar conocido como la Vicalvarada.
Fue Capitán General de Madrid y
posteriormente ocupó el mismo cargo en la isla de Cuba.
Vuelto a España,
muerto O'Donnell se convirtió en el jefe de la Unión Liberal.
Acusado de
conspirador fue desterrado a las Islas Canarias y participó junto con el
general Prim, en el movimiento militar que llevó al destronamiento de la
reina Isabel II.
Fue Presidente de un gobierno provisional y más tarde
designado Regente, aunque el verdadero poder lo ostentaba el jefe del
gobierno, general Prim.
Al morir asesinado éste, el rey Amadeo I le
nombró Presidente del Gobierno, cargo del que dimitió.
Con la llegada de
la I República se convirtió en árbitro de la situación, pero la
restauración de la dinastía borbónica en la persona de Alfonso XII lo
derrocó de su alto cargo.
Fundó la izquierda dinástica dentro de la
legalidad y murió siendo embajador de España en París.
De cuantos han
ostentado el apellido Serrano en el pasado, el anterior personaje es el
más célebre de todos por su activa vida política y militar.
El apellido
cuenta con otro título: En el año 1.906, el general de Caballería, don
Arturo Serrano Uzqueta fue nombrado Vizconde de Uzqueta.
Armas:
Escudo partido: 1º; en campo de
azur, un castillo de oro, y 2º; en campo de sinople, una banda de oro,
engolada en dragantes del mismo metal y acompañada de cuatro estrellas,
también de oro, dos a cada lado.